Vivimos en la era del copieteo descarado. Sin citar cuál es la fuente, sin añadir ni un mínimo cambio. Ideas fusiladas en redes, en campañas, hasta en la política vemos discursos adueñados por quien no los parió.
¿Qué es lícito y que no? ¿Dónde empieza la copia y dónde la simple inspiración?
El tema toca de lleno a cualquier persona creativa. Es evidente que el bagaje de todo lo que recibimos -véase aprendemos, vemos, leemos y oímos- afecta directamente a lo que después emitimos. Para muestra, la historia que rodea a la cazadora-jardinera que aquí estás viendo.