Butaca de escay vienueva


BASURILLAS, seres visionarios con capacidad para detectar belleza donde otros sólo perciben objetos obsoletos. El rastro es su templo y el sonido de la calle, su oración. Merodean pilas de maderas y muebles abandonados, cual walking dead, ávidos de materiales con solera y piezas vintage de calidad.

Días de recogida de trastos viejos, casas del pueblo, puntos municipales de recogida, herencias del tío abuelo tercero, chollazos 2nd hand... cualquiera de estos territorios son válidos para establecer su coto de caza. ¿Te identificas? Confiesa, ¿Cuántas veces has vuelto a casa con una de estas presas?

Bien pues, en el tutorial de hoy, verás cómo renovar una de las piezas más valoradas dentro del mundillo trash-lover: ¡Una butaca retro! Es decir, aprenderás a pintar correctamente superficies como la polipiel o el escay.



En concreto, la protagonista de hoy es una de esas butacas con flecos sesenteras que segurisísimo has visto en varias ocasiones a lo largo de tu vida.

Y de hecho, si te has llegado a sentar en ellas, probablemente te hayas preguntado si se diseñaron en Liliput. ¿Por qué cuernos serán tan bajas? Si en teoría se vendían como butacas de tocador o descalzadoras....

Anyway, ahora nos viene de lujo porque añadiéndoles unas patas, de repente se convierten en sillas/butaca ultramodernosas, con un puntito mid-century. ¡Gracias historia y evolución del diseño!

Sigamos.


Para actualizar una butaca de este tipo necesitarás:


En menos de lo que imaginas, podrás reinventar y reestrenar tu propia butaca vienueva - las favoritas de los Recyclators - o tunear la cortina de baño, o unos neumáticos, o cualquier superficie no porosa y flexible de aspecto "plástico".

¡Qué peligro! ¡Cuantísimo potencial tiene esto!

Marta
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